Las flores de caléndula están especialmente indicadas en el tratamiento tópico de afecciones diversas de la piel, así como irritaciones, quemaduras solares, pequeñas heridas. La caléndula es un eficaz regenerador de la piel, tiene propiedades anti-inflamatorias, antisépticas y cicatrizantes. El jabón de Caléndula calma las irritaciones cutáneas, trata el acné, las picaduras de mosquitos y las quemaduras, esta recomendado para pieles sensibles. Suaviza y alivia la piel seca y agrietada. Es muy bueno para cueros cabelludos grasos y problemas de seborrea.
Especialmente indicado para pieles sensibles y delicadas. Para la realización del jabón se recogen las caléndulas en su estado óptimo, las hojas y puntas de las flores. Después se dejan macerar con aceite virgen de oliva durante máximo 40 días, en recipientes de cristal, para evitar que adquieran cualquier olor o se pierda sus propiedades y protegidas de la luz directa del sol. De esta forma se consigue que las plantas traspasen todos sus beneficios al aceite de oliva virgen extra, y así llegue por medio del jabón a la piel. El proceso de maceración es un procedimiento que se conoce desde tiempos muy antiguos y utilizado en el procedimiento de creación de productos para el cuidado de la piel y la salud.
Para la realización de estos jabones se utiliza:
- Aceite de oliva virgen extra, de primer prensado en frío.
- Aceites de almendras dulce y de germen de trigo.
- Cera virgen de abejas.
- Caléndula seca orgánica.
- Agua destilada y Hidróxido de sodio.
Evita la deshidratación de la piel y mantiene una barrera protectora frente a las agresiones externas.
El aceite de oliva virgen extra ayuda a mantener la piel hidratada