La mejor forma de conservar un jamón serrano con hueso es guardarlo en un lugar seco, y con ventilación suficiente, a temperatura ambiente estable (nunca en el frigorífico), lejos de fríos o calores extremos, y preferentemente colgados o colocados en un jamonero. Al cortar un jamón serrano el corte queda expuesto a la acción ambiental, por lo que se provoca una oxidación que oscurece la superficie de corte, la grasa se pone de un color amarillento, y esto puede provocar sabores y olores desagradables. Por lo que se debe proteger el corte del jamón colocando una loncha de grasa o corteza (de cortes anteriores) para que la grasa superficial se mantenga fresca y no se reseque, o cubriendo el jamón con un trapo de cocina limpio.

Se debe conservar el jamón con un trozo de corteza o con un trapo

A la hora de conservar el jamón serrano se debe cubrir el corte con trozos de grasa o corteza, o con un trapo

Es recomendable cortar la cantidad de jamón serrano que pensemos que vamos a consumir, en el caso contrario habrá que envolverlo en papel transparente para evitar el contacto con el aire.

Si  queremos conservar el jamón deshuesado lo deberemos guardar en una bolsa, envasado al vacío, y conforme se vaya consumiendo se deberá guardar en la parte menos fría del frigorífico, y a ser posible cubrirlo con un trapo de algodón seco.