El aceite de oliva virgen es uno de los componentes fundamentales de la dieta mediterránea. El llamado oro líquido es el aceite de oliva virgen extra, por sus numerosos beneficios.

En el mercado de los aceites vegetales comestibles el aceite de oliva es el rey indiscutible. Se puede encontrar aceite de semillas de girasol, maíz, sésamo, nuez, aceitunas… Todos ellos han sido analizados y el aceite de oliva ha sido el claro vencedor por sus cualidades y características sensoriales, aroma, gusto, color, valor nutricional…

El aceite de oliva virgen extra esta considerado el rey de los aceites vegetales.

España es el mayor productor mundial de aceite de oliva con prácticamente la mitad de la producción global. Los siguientes mayores productores del mundo son Italia y Grecia.

El mejor aceite de oliva se extrae de las aceitunas cuando están maduras. Las aceitunas no deben presentar defectos y se tienen que recolectar directamente del árbol, no pueden utilizarse las aceitunas que han caído al suelo ya que aumentarían la acidez del aceite.

El olivo es un árbol milenario, crece muy lentamente y produce aceitunas durante prácticamente toda su vida. En Andalucía se han analizado olivos de más de 2000 años de antigüedad.

Las aceitunas se prensan con un molino o una prensa para extraer el zumo de las aceitunas. Este zumo es un líquido oleoso y se clasifica en aceite de oliva virgen extra, aceite de oliva virgen y aceite de oliva.

El aceite de oliva virgen extra es el componente principal de la dieta mediterránea. 

El aceite de oliva virgen extra debe tener un aroma afrutado y un sabor suave. Su acidez no puede ser superior a 0,8º y es el aceite de oliva que más beneficios aporta al organismo. Para extraer un litro de aceite de oliva virgen extra son necesarios entre 4 y 5 kilogramos de aceitunas. El aceite de oliva virgen extra es el mejor aceite de oliva que se puede conseguir, es simplemente zumo de aceitunas, sin conservantes ni aditivos.

El aceite de oliva virgen se extrae de la misma manera que el aceite de oliva virgen extra, simplemente aplicando presión, exprimiendo las aceitunas. Este aceite es de una calidad un poco menor que el virgen extra, ya que para su elaboración, se utilizan aceitunas de una calidad menor, ya sea por su maduración o por que presentan algún pequeño desperfecto o daño. Por estos motivos la acidez del aceite de oliva virgen es superior a la del virgen extra.

El aceite de oliva simple (en su etiqueta solamente indica aceite de oliva, no indica ni virgen ni virgen extra) se obtiene de las aceitunas de peor calidad y tiene un grado de acidez demasiado alto, para el consumirlo directamente, por lo que tiene que ser refinado. En el proceso de refinado este aceite pierde todo el sabor y aroma, además de las propiedades beneficiosas del aceite, por esta razón se mezcla con una pequeña cantidad de aceite de oliva virgen extra para darle ese toque de sabor y color necesarios.

España es el mayor productor mundial del aceite de oliva virgen extra. 

El aceite de oliva, tanto un tipo como otro, deben consumirse lo antes posible ya que el aceite de oliva es un alimento vivo y poco a poco se degradan sus propiedades. También es importante mantenerlo alejado de la luz solar, el envase debería ser opaco, aunque es difícil encontrar en los comercios aceite de oliva virgen extra envasado en botellas opacas. Es importante almacenarlo en un lugar fresco y seco para mantener en perfecto estado todas sus propiedades.

En la antigua Grecia ya se recomendaba el aceite de oliva como cura para algunas enfermedades y sus beneficios se han estudiado desde entonces. Hoy en día se conocen muchas de las propiedades beneficiosas del aceite de oliva y no hay ninguna duda de sus cualidades y características.

En los años 50, Ancel Keys, quien acuño por primera vez el término dieta mediterránea se dio cuenta observando a los habitantes de la isla griega de Creta, de que estos tenían una dieta con un alto consumo de grasas (aceite de oliva). Estos beneficios se debían a una dieta rica en aceite de oliva virgen extra, a una ingesta abundante de vegetales, cereales y frutas y aun consumo moderado de carnes blancas y vino. A esta alimentación Ancel Keys la llamó dieta mediterránea, término que se ha empleado hasta nuestros días.